Las cookies nacieron para
identificar las sesiones de los usuarios en las webs en un contexto en el que
cada usuario accedía con suerte a un dispositivo (un PC para toda la familia).
Sin embargo el contexto actual es muy diferente: cada usuario maneja fácilmente
de 3 a 4 dispositivos con lo que las cookies no permiten identificar al usuario
como único. Para esto nace el User-ID. Si no sabéis qué es
Miguel Ángel Acera lo explica muy bien en su blog.
Este post no va de qué es el
User-ID si no de algunos aspectos prácticos que resultan esenciales para que la
cosa funcione. Las ventajas del User-ID son innegables: el sitio web puede
componer un perfil mucho más realista y completo sobre el usuario y, en
consecuencia, ofrecer soluciones e interacciones mucho más ajustadas a lo que
el usuario busca. Sin embargo para que esto sea posible hay que conseguir no
sólo que el usuario se registre en la web si no que navegue registrado. Hay que
reconocer que la solución no es tan sencilla.
La realidad es que en un entorno
como el actual en el que hemos pasado de muchos usuarios manejando un solo dispositivo
a un extremo totalmente opuesto en el que un solo usuario maneja varios dispositivos
las cookies no ofrecen una imagen real de los usuarios que tiene una web. Sin
embargo a falta de otra solución mejor el reto al que nos enfrenta las
soluciones User-ID es, ¿cómo convencer al usuario de que navegue registrado? Cada
vez que he estado presente en una discusión de este tipo al final siempre sale
a reducir el recurso fácil: ofrecer al usuario un descuento por navegar
registrado. De hecho Meliá por ejemplo hace esto: ofrece mejores precios a los
miembros de su “Club” (para acceder al Club únicamente hay que estar
registrado). Es una solución, sí, pero ¿es una buena solución?
Por un lado los usuarios
necesitan disponer de una manera más sencilla para registrarse. Incluir la
opción de registrarse con las credenciales de Google o Facebook es una opción
pero quizás sea el momento de comenzar a pensar en otras vías que pongan el
control en manos del usuario de una manera más transparente. En este sentido
echo de menos iniciativas europeas de identity vault que por un lado hagan más
fácil para los usuarios controlar dónde está registrado, quién tiene sus datos
y para qué y que, por otro lado, permita a los sitios web no depender de
terceros con un interés comercial propio sobre esos datos.
En la iniciativa del #DigitalSingleMarket
para Europa no se sientan bases para trabajar en este sentido y, sin embargo,
creo que es completamente necesario establecer unas bases para que este tipo de
servicios puedan florecer en Europa porque sencillamente, haría el mundo más
fácil para todos:
- Las empresas podrían contar con un modo de registro fácil para los usuarios que no dependiera de compañías como Google o Facebook que, además, recogen datos para sí mismas y que en cualquier momento pueden competir en el mismo mercado.
- Los usuarios tendría un mayor y mejor control sobre sus datos, con quién los han compartido y para qué. Y además tendrían, de una vez por todas, una manera sencilla de registrarse.
- Los Gobiernos podrían, en caso de necesitar una investigación forense sobre cualquier aspecto –criminal, de competencia o lo que sea-, podrían contar con un único “depósito” de información que a su vez estaría sujeto a las garantías de privacidad europeas.
Y sin embargo hablamos de un
#DigitalSingleMarket sin tocar este tema. Desastre provocado por la falta de
conocimiento de la realidad del negocio digital.
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