martes, 2 de junio de 2015

Trackeo de empleados en la red corporativa: una necesidad para la seguridad



A estas alturas de la película nadie pone en duda la necesidad de respetar la privacidad de los empleados de una empresa. ¡Faltaría más! Sin embargo tampoco tiene sentido ignorar que  cada vez son más frecuentes los ataques “user-based” en los que un hacker roba credenciales de acceso de un empleado, de proveedores con bajos niveles de seguridad o incluso teniendo un cómplice que ya está dentro. ¿Para qué romper las barreras de seguridad si puedes encontrar una puerta mal cerrada por la que colarte?

El acceso utilizando las credenciales de un empleado sucede de dos maneras: o las credenciales se roban o tenemos un empleado extremadamente descontento. Lo cierto es que los fallos de seguridad en los que existen fugas de datos se producen en un 82% de los casos  por el error de un empleado (intencionado o no). Este dato es escalofriante y nos obliga a enfrentarnos al hecho de que la monitorización de la seguridad basada en credenciales de paso permite rastrear los accesos y garantizar que quién accedió tenía permiso para hacerlo sin embargo los hackers que obtienen credenciales de empleados de bajo rango son capaces de encontrar vías de paso una vez dentro del sistema. Por tanto si confiamos la monitorización de nuestra seguridad únicamente a los viejos sistemas estaremos ignorando la realidad.

La pregunta que debemos hacernos es cómo adaptar la monitorización de la seguridad a esta nueva realidad. La respuesta, en realidad, es extremadamente sencilla: analítica de perfiles. Comparar la actividad de un usuario contra su perfil, la descripción de su puesto de trabajo, patrones de uso y cualquier otra información de inteligencia automatizada a nuestro alcance permitirá detectar uso fraudulento de credenciales de paso.  Esto no supone más que añadirle una nueva capa de usos a los datos que ya existen. Será necesario establecer nuevos KPI, analizar datos, establecer indicadores, crear perfiles detallados de uso y, cómo no, comunicarlo adecuadamente a los empleados.

Añadir una capa de inteligencia analítica a los datos de acceso de nuestros empleados no sólo es una exigencia de seguridad en el entorno actual si no la mejor manera de poder auditarnos, asegurar las actividades de compliance, proteger a los empleados y a la empresa de reclamaciones por actividades que realmente ha llevado a cabo un hacker  y llevar a cabo un política proactiva de respuesta ante incidentes de seguridad.

Lo que tampoco se nos puede escapar es que el punto más crítico de todo esto es llevar a cabo una comunicación efectiva que logre explicar a los empleados que se llevará a cabo una monitorización exhaustiva del uso que hagan de los recursos de la empresa (la cosa puede complicarse si además estamos en una empresa con políticas Bring Your Own Device –BYOD- o Corporated Owned Personally Enabled –COPE-).  El consejo es el mismo de siempre: transparencia y honestidad. 

Debemos tener no sólo una política interna que explique absolutamente todo esto si no que la misma debe explicarse y ponerse de manifiesto durante el proceso de selección, debe ser firmada y aceptada por nuestros empleados a los que se les debe dar formación que les permita detectar situaciones potenciales de riesgo. Y por supuesto esos datos únicamente se podrán emplear para realizar análisis de seguridad. En definitiva, siempre debe existir un equilibrio pero las nuevas situaciones requieren un nuevo enfoque. Hoy una seguridad corporativa realmente efectiva debe incluir la analítica como una herramienta más.

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